Internet ha revolucionado a fondo el comercio y la visibilidad de las empresas, favoreciendo la venta de todo tipo de artículos, servicios o ideas además de prolongar el conocimiento local a todo el planeta. Sólo estando en línea conseguiremos un verdadero altavoz, aunque no resulte nada fácil posteriormente destacar de entre el resto de negocios que, como nosotros, se empeñarán en captar también a su público. Y dentro de internet, existen posibilidades de todos los tipos para los negocios interesados en captar visibilidad, habiendo evolucionado de la misma manera que los propios negocios. Antes bastaba con tener una página estática, luego vimos las tiendas online, se empezaron a popularizar los blogs y, más recientemente, las redes sociales han adquirido el notable peso que tienen ahora.
Todos tenemos claro que, para utilizar el verdadero potencial de internet, también hay que estar presente en las redes sociales. Después, dependerá del tipo de negocio la manera de aprovechar cada una; pero también hay que plantearse algo fundamental a la hora de hacer uso de ellas: la frecuencia de actualización, el contenido que compartiremos y, algo fundamental, qué utilizaremos para enviar los mensajes. Cada cliente, aplicación o página web tiene sus puntos positivos y negativos, reuniéndose, básicamente, bajo estos dos apartados:
- Páginas y aplicaciones oficiales. Son las que tienen más garantía de uso y las únicas que cuentan con todo el beneplácito de las redes sociales. Debido al auge de las mismas, han ido creciendo diferentes empresas que ofrecen idéntico acceso a los servicios dando más opciones de publicación, aunque corremos el riesgo de que los mensajes no se publiquen, de que los desarrolladores dejen de dar soporte o que nos entre Spam a las cuentas debido a que también cederemos el login a ellas. La mayor visibilidad siempre suele llevársela el método oficial de publicación, por lo que siempre suele ser más positivo darle prioridad a estos medios.
- Clientes y webs no oficiales. Seguro que conocéis muchas. Hootsuite, Tweetdeck, SocialBro, Buffer… Suelen ofrecer servicios añadidos a la simple publicación de mensajes o visualización de estadísticas, mostrando información sumamente valiosa a la hora de preparar campañas, de visualizar el momento más propenso para publicar, de facilitar la tarea de llevar el conjunto de redes sociales a un equipo amplio de personas o permitiendo la programación de publicaciones de forma eficaz. Pero tienen la desventaja de que pueden resultar despersonalizadas haciendo que la marca pierda carácter, además de que, al usarlas, también dejamos pistas de cómo funcionamos internamente.
Usar una u otra suele ser cuestión de volumen, dado que, si tenemos muchas redes sociales que actualizar, es casi imposible ir de página en página y de aplicación en aplicación actualizando de forma manual. Los clientes no oficiales ofrecen mucha más potencia en este sentido, siendo imprescindibles cuando el volumen de negocio empieza a ser alto. Pero, si sois una pequeña empresa que busca abrir horizontes a través del panorama online, seguramente no os convenga invertir en la compra y mantenimiento de herramientas de publicación no oficiales, funcionando perfectamente bien las herramientas que brindan los propios servicios.
Utilizar aplicaciones oficiales suele tener ventajas en SEO, sobre todo si enlazamos nuestro negocio a partir de los mensajes. Cierto es que acortando URLs y contando los clicks por medios ajenos a las redes sociales permite que midamos los esfuerzos hechos en las campañas, aunque quitará peso a la tienda, a la página del negocio o a la web que queremos promocionar, estando mucho mejor visto a ojos de los buscadores el enlazado directo en las actualizaciones de Facebook, Twitter y demás. Con el incremento en importancia de todo lo social en el peso de los algoritmos de búsqueda, hemos de darle más recorrido a nuestra participación en las redes sin restringir su uso «sólo» a acciones de conocimiento de marca o de servicios (hay que darle especial énfasis a ese «sólo» entrecomillado), prestando también atención al SEO social. No queremos decir que las herramientas ajenas no aporten posicionamiento, pero sí que es cierto que suelen esconder las URLs bajo links propios, diluyéndose dicha ventaja.
Por último, hemos de hacer mención al automatizado. Ésta es una de las posibilidades que resultan más atractivas de las herramientas no oficiales, aunque acaba jugando en contra del negocio o marca si no se usan bien. Quien nos lee debe de percibir que le hablamos de forma amena, directa, natural y en el tiempo exacto que publicamos el mensaje, y esto es difícil de conseguir con ellas. Siempre defenderemos la actualización directa y cercana, prestando atención a los posibles clientes y aportando valor y entretenimiento; además de promocionar nuestros productos y servicios. Las redes sociales no suelen aportar un retorno inmediato, pero sí que son un canal muy apropiado para la comunicación y para el conocimiento de la marca. Siempre que se haga bien, por supuesto.
¿Os habéis planteado el abono de herramientas de publicación no oficiales? ¿Las usáis? ¿O creéis que, al igual que nosotros, resultan mucho más apropiados los canales que proveen las propias redes sociales? No dejéis de plantear vuestros comentarios.
Leave a reply