No importa si nuestro objetivo es vender, comunicar la salida de un producto, nuestra marca o, simplemente, darnos a conocer: vamos a necesitar una campaña de marketing. Tradicional, online, multicanal… La versatilidad de los medios actuales permite que podamos promocionarnos en una variedad extensa de canales, consiguiéndolo en la medida que nuestra inversión lo permita; y manteniendo siempre la opción de maximizar el alcance gracias a las redes sociales, el email marketing y un buen número de herramientas económicas más. Aunque claro, ése es el primer paso: toda la atención obtenida se acabará volcando en alguna parte, debiendo optimizar al máximo el punto donde se centra el foco. ¿Cuál? En las páginas de aterrizaje.

En el medio digital resulta imprescindible cuidar el foco de las campañas de marketing. Sí, es cierto que este aspecto siempre es primordial, pero es en internet donde nuestro usuario tiene mayor poder de decisión y capacidad para contrastar; es consciente de que posee herramientas con las que ejercer presión, puede informarse en mayor medida que nunca… En definitiva: que hemos de cuidar al máximo las páginas de sobre las que vayamos a apuntar todas las campañas de marketing.

Existen multitud de maneras de desarrollar páginas de aterrizaje, casi tantas como tipos de soporte donde publicarlas. Pero siempre deberemos seguir una serie de normas que nos permitirán asegurarnos los resultados. ¿Cuáles son esas normas? Éstas son las que nosotros seguimos.

Se han de tener claros los resultados

Parece obvio, pero no lo es tanto: resulta común crear una campaña con su página de aterrizaje en la que no se han definido claramente los objetivos. ¿Qué queremos conseguir? Como no todo son ventas, independientemente de si tenemos una tienda online o no, deberemos valorar si deseamos notoriedad, credibilidad, si apostamos por fidelizar a nuestros usuarios, por aumentar nuestra masa social… La conversión es tan variable como las propias campañas; pero, de igual manera que se han de planificar los medios para atraer la atención, también necesitamos saber qué queremos obtener con toda esa atención.

Distracciones mínimas

La mejor página de aterrizaje es aquella que resulta tan sencilla que el usuario no necesita pensar para pasar de nivel. No estamos diciendo con esto que busquemos usuarios básicos, sino que evitéis todo tipo de distracción. ¿Que buscáis una venta? Presentad el producto con un único enlace al carrito. ¿Registro para mailings? Un formulario sencillo con un campo en el que introducir el correo electrónico. Así, evitad colocar otros enlaces a páginas distintas: a veces es mejor que suba la tasa de rebote a cambio de obtener un crecimiento en la conversión.

Elegid el mejor medio para la página de aterrizaje

No es lo mismo que el aterrizaje se encuentre en una fanpage de Facebook o en nuestro propio dominio: conseguiremos efectos diferentes que pueden o no favorecernos. De ahí que se deba elegir de manera correcta el punto exacto al que dirigir las campañas: ha de mantener estrecha relación con los objetivos de conversión. ¿Que queremos ampliar el volumen de nuestra masa social? En una fanpage de Facebook o en el perfil de Instagram, por ejemplo. ¿Que deseamos vender un producto de nuestra tienda online? La página de aterrizaje tiene que estar en nuestra tienda y teniendo en cuenta que…

La conversión debe encontrarse al mínimo de pasos

Para que una página de aterrizaje resulte efectiva debe estar lo más cerca posible del objetivo de conversión. Porque resulta muy sencillo distraerse con cualquier estímulo de nuestro entorno más cercano o de otra pestaña del navegador (ya lo decíamos antes), por lo que la llamada a la acción ha de estar bien visible para que lleve directamente a la compra/suscripción al newsletter/al botón de Me Gusta… En fin: los atajos son la mejor garantía para el éxito de una página de aterrizaje.

¡Moved la campaña!

Para terminar, otro de esos consejos de perogrullo que, sin embargo, más se tienden a olvidar: haced lo posible por que vuestra campaña de marketing se mantenga bien activa. Quizá hayáis desarrollado la mejor página de aterrizaje del mundo, pero de nada valdrá si no le lleváis tráfico. Así que movedla por las redes sociales, subidla a vuestro blog, proyectad un popup con el enlace a la página en vuestra web… En definitiva: si queréis conversión necesitaréis tráfico. Y cuanto más segmentéis mejor: más efectiva será la página de aterrizaje.